martes, 21 de junio de 2011

Lluvia de verano

 
Me quedé
en la lluvia, dejando que el pelo y la ropa se mojen por completo. La hierba bajo mis pies se volvió lisa y fría. Mis ojos parpadearon esquivando las gotas que comenzaban a caer. Volví la cabeza hacia el cielo mientras tus humedas manos buscaban las mias.
 
Sonreí cuando comenzamos a girar y bailar en el suelo fangoso. Saltamos en el aire, sintiendo la pesada brisa tan sólo unos segundos. La lluvia empieza a caer más rápido, pero ralentiza nuestro baile. Una melodía suave desprenden las hojas sobre los árboles, y nuestra danza se desacelera a un vals.

Giré lentamente. Mis ojos llorosos sonríen. Mi cabello fluye como un río a través de tus dedos. Tus manos me sostienen con firmeza pero con una sutil ternura.

Al poco tiempo, la lluvia se torna en una suave llovizna, y nuestra danza debe terminar. Acaricias por última vez mis mejillas y te vas. Estoy sola y húmeda en la zona de aquel parque donde nos conocimos. El sol sale para besar mis mejillas y secar el último de mis recuerdos. Me dejé caer sobre el suelo mojado, increíblemente feliz.
 

 Porque va a llover de nuevo. Y con la lluvia, voy a creer otra vez.