Querida niña: Siempre estás sonriendo a través de la bruma
del dolor, sonriendo porque no puedes soportar que otros se preocupen por ti.
Siempre demuestras esa mascara que esconde tu soledad, porque sabes que la
gente prefiere escuchar el sonido alegre de una sonrisa antes que sollozos
desgarradores.
Querida niña: Estás almacenando en el interior de tu corazón
una pequeña botella donde se refugia, toda la ira, dolor y frustración, aunque
sabes muy bien que en cualquier momento, aquella botella va a agrietarse y
romperse.
Querida niña: Tú eres aquella que sólo ve en el espejo
imperfecciones, manchas y un estómago no del todo plano. Aquella que no ve lo
preciosa que es su sonrisa, nunca ve cómo los chicos la miran con admiración
cuando camina por la calle, sólo ve burlas y miradas que no existen, sólo desea
con toda su alma ser una de esas chicas que parecen estar hechas de porcelana,
que para los estándares de los medios de comunicación son
"perfectas".
Tal vez, querida niña, un día te darás cuenta que no es
necesario guardar en tu interior aquella mariposa que está tratando de levantar
el vuelo. Te darás cuenta de que mereces sólo lo mejor que este mundo tiene
para ofrecer, porque nadie debe conformarse con menos que eso. Te darás cuenta
de que ser uno mismo es la única cosa que vale la pena, al final, porque eres
hermosa, maravillosa y nadie puede sustituir esa chispa que le brindas al
mundo.
Querida niña: Date a ti misma una oportunidad para ser
feliz, para ahuyentar esos demonios y miedos que abundan dentro de ti y así
finalmente poder vivir en paz.
Querida niña: No tengas miedo.
Por favor, se feliz.